¿Sueles tener varios programas y aplicaciones abiertos en la pantalla de tu ordenador en un momento dado?
Si la respuesta es sí, eres un candidato perfecto para usar dos monitores.
Dividir tus tareas entre dos monitores te permite tener más ventanas a la vista al mismo tiempo.
Esto puede ahorrarte bastante tiempo, ya que no tienes que estar pinchando una y otra vez en las mismas tareas para traerlas a la vista.
Por ejemplo, puedes mantener las apps que necesites que estén abiertas todo el tiempo pero que usas de forma infrecuente, como el email, las utilidades de Windows, el calendario o las ventanas de chat abiertas en el monitor más pequeño mientras que tienes tus programas de batalla como Photoshop, Microsoft Office y tu navegador web abiertas en la pantalla más grande.
Añadir un segundo monitor a tu portátil o equipo de sobremesa es bastante fácil, y probablemente mucho más barato de lo que piensas.
Tu ordenador tiene que tener dos puertos de video para conectar un segundo monitor. Muchos de los nuevos modelos vienen de forma estándar con doble puerto de video incorporado. Si el tuyo no lo tiene, todo lo que tienes que hacer es comprar un barato adaptador de video USB con un puerto de salida que coincida con la entrada de tu monitor secundario.
Hay muchas marcas de adaptadores de video USB entre las que elegir, pero a mí siempre me ha ido bien con los fabricados por Plugable.
Una vez que tengas el adaptador de video USB y el monitor extra, simplemente sigue las instrucciones proporcionadas con el adaptador para conectar el monitor secundario y configurar el sistema para usarlo.