Documentos filtrados recientemente muestran que un alto porcentaje de comunicaciones electrónicas interceptadas por la NSA (la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos) procede de usuarios de internet ordinarios no sospechosos de actividades criminales, según un nuevo artículo del Washington Post.
La publicación basa su estimación en los resultados de la investigación y revisión de cuatro meses de duración de 160.000 correos electrónicos y mensajes instantáneos intercambiados, proporcionados por el informador Edward Snowden, y saca a la luz que hasta el 90 por ciento de aquellos cuyos datos fueron recogidos “no eran los objetivos de vigilancia pretendidos, pero fueron atrapados en la red que la agencia había puesto para otra persona”. Y muchas de esas personas eran ciudadanos estadounidenses.
Edward Snowden.
Mientras que parte de la información recogida y retenida era relevante para las operaciones de la NSA, una gran proporción de las conversaciones interceptadas involucraba cuentas de personas ajenas que trataban sobre sus vidas personales,de acuerdo con la información del rotativo. Otros fragmentos de los datos recogidos incluían fotografías de sus hijos.
El informe señala que este tipo de “recogida accidental”es imposible de evitar, pero el Washington Post afirma también que “en otros contextos el gobierno de los Estados Unidos trabaja duramente para limitar y descartar la información irrelevante”. Por ejemplo, el FBI evita escuchar cuando un miembro de la familia de un sospechoso utiliza un teléfono intervenido.
Por otro lado, según el informe la NSA no hace tal distinción entre información relevante e irrelevante, debido a que la agencia considera que “es complicado para un analista distinguir lo que puede ser relevante para otro”.
Esto no es más que la última revelación de la naturaleza de los programas de vigilancia de la NSA. Filtraciones anteriores destacaron un programa de reconocimiento facial masivo, así como la recogida en masa de metadatos de llamadas telefónicas y registros de correos electrónicos, entre otras cosas. Y esta nueva filtración seguramente intensificará el temor de que la vigilancia gubernamental pondrá freno a un Internet libre, una preocupación que destaca en un estudio reciente del centro de investigación Pew Research Center. Puede consultar el artículo completo visitando el Washington Post.